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-6-
Cuando un gran señor te invite a comer,
piensa bien delante de quién te encuentras.
2 Aunque tengas mucha hambre,
controla tu apetito;
3 no codicies sus deliciosos manjares,
porque te puede estar engañando.
- 7 -
4 No te esfuerces por hacerte rico; Dar
deja de preocuparte por eso.
5 Si te fijas bien, verás que no hay riquezas;
de pronto se van volando, como águilas,
como si les hubieran salido alas.
deja de preocuparte por eso.
5 Si te fijas bien, verás que no hay riquezas;
de pronto se van volando, como águilas,
como si les hubieran salido alas.
- 8 -
- 9 -
9 No hables a oídos del necio,
pues se burlará de tus sabias palabras.
pues se burlará de tus sabias palabras.
- 10 -
10 No cambies de lugar los linderos antiguos,
ni invadas el terreno de los huérfanos,
11 porque ellos tienen un poderoso libertador
que saldrá contra ti en su defensa.
ni invadas el terreno de los huérfanos,
11 porque ellos tienen un poderoso libertador
que saldrá contra ti en su defensa.
- 11 - Subir
12 Aplica tu mente y tus oídos
a la instrucción y a los conocimientos.
a la instrucción y a los conocimientos.
- 12 -
13 No dejes de corregir al joven,
que unos cuantos azotes no lo matarán;
14 por el contrario, si lo corriges,
lo librarás de la muerte.
que unos cuantos azotes no lo matarán;
14 por el contrario, si lo corriges,
lo librarás de la muerte.
- 13 -
15 Cuando alcances la sabiduría, hijo mío,
no habrá nadie más feliz que yo;
16 sentiré una profunda alegría
al oírte hablar como es debido.
no habrá nadie más feliz que yo;
16 sentiré una profunda alegría
al oírte hablar como es debido.
- 14 -
17 No tengas envidia de los pecadores;
antes bien, honra siempre al Señor;
18 entonces tendrás un buen fin
y tu esperanza jamás será destruida.
antes bien, honra siempre al Señor;
18 entonces tendrás un buen fin
y tu esperanza jamás será destruida.
- 15 -
19 Atiende bien, hijo mío, y aprende;
procura seguir el buen camino.
20 No te juntes con los borrachos
ni con los que comen demasiado,
21 pues los borrachos y los glotones acaban en la ruina,
y los perezosos se visten de harapos.
procura seguir el buen camino.
20 No te juntes con los borrachos
ni con los que comen demasiado,
21 pues los borrachos y los glotones acaban en la ruina,
y los perezosos se visten de harapos.
- 16 -
22 Atiende a tu padre, que te engendró;
no desprecies a tu madre cuando sea anciana.
23 Compra la verdad y la sabiduría,
la instrucción y el entendimiento, ¡y no los vendas!
24 El padre del hijo bueno y sabio
tiene razón para estar feliz y orgulloso;
25 ¡haz, pues, que tu padre y tu madre
se sientan felices y orgullosos!
no desprecies a tu madre cuando sea anciana.
23 Compra la verdad y la sabiduría,
la instrucción y el entendimiento, ¡y no los vendas!
24 El padre del hijo bueno y sabio
tiene razón para estar feliz y orgulloso;
25 ¡haz, pues, que tu padre y tu madre
se sientan felices y orgullosos!
- 17 -
26 Pon toda tu atención en mí, hijo mío,
y mira con buenos ojos mi ejemplo;
27 porque la mujer extraña, la prostituta, es como un pozo profundo y angosto;
28 se pone al acecho, como un ladrón,
y hace que muchos hombres se pierdan.
y mira con buenos ojos mi ejemplo;
27 porque la mujer extraña, la prostituta, es como un pozo profundo y angosto;
28 se pone al acecho, como un ladrón,
y hace que muchos hombres se pierdan.
- 18 -
29 ¿Quién sufre? ¿Quién se queja?
¿Quién anda en pleitos y lamentos?
¿Quién es herido sin motivo?
¿Quién tiene turbia la mirada?
30 El que no abandona jamás el vino
y anda ensayando nuevas bebidas.
31 No te fijes en el vino.
¡Qué rojo se pone y cómo brilla en la copa!
¡Con qué suavidad se resbala!
32 Pero al final es como una serpiente
que muerde y causa dolor.
33 Te hará ver cosas extrañas,
y pensar y decir tonterías;
34 te hará sentir que estás en alta mar,
recostado en la punta del palo mayor,
35 y dirás:
«Me golpearon, y no lo sentí;
me azotaron, y no me di cuenta;
pero en cuanto me despierte
iré en busca de más vino.»
¿Quién anda en pleitos y lamentos?
¿Quién es herido sin motivo?
¿Quién tiene turbia la mirada?
30 El que no abandona jamás el vino
y anda ensayando nuevas bebidas.
31 No te fijes en el vino.
¡Qué rojo se pone y cómo brilla en la copa!
¡Con qué suavidad se resbala!
32 Pero al final es como una serpiente
que muerde y causa dolor.
33 Te hará ver cosas extrañas,
y pensar y decir tonterías;
34 te hará sentir que estás en alta mar,
recostado en la punta del palo mayor,
35 y dirás:
«Me golpearon, y no lo sentí;
me azotaron, y no me di cuenta;
pero en cuanto me despierte
iré en busca de más vino.»
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